Aquel hombre parecía empeñado en demostrarle que los cuentos de hadas existían...
¡Pobre Cenicienta Ellie! Ya era bastante malo que su madrastra, empeñada en ascender en la escala social, y sus dos hermanastras, igualmente desesperadas por encontrar marido, la hubieran relegado a la cocina… Pero ahora además se encontraba cara a cara con Jack Martin, el guapo inversor que había roto su sueño de abrir su propio restaurante.
Ellie Branson creía que la pesadilla acabaría cuando llegara la medianoche y la fiesta tocara a su fin. Pero Jack apareció al día siguiente con una oferta que no pudo rechazar...
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