Adelaida miraba a Coenraad con adoración. Sin embargo, él la consideró sólo una enfermera muy amable y eficiente. El día en que conoció a su novia. Adelaida había tenido deseos de morir: nunca podría competir con aquella belleza, rica y sofisticada. La novia, sí, tenía todo para casarse con un hombre famoso, guapo y, además, era un barón. Ella no era más que una pobre muchacha que llevaba vestidos pasados de moda y no sabía comportarse en un restaurante de lujo. Así que decidió huir... Romances así sólo se daban en ciertas películas y los cuentos de hadas! ¿Pero conseguiría arrancar aquel amor de su corazón?
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