La vida no habÃa sido nada fácil para Henrietta Cowper, pero desde que conoció al neurocirujano Adam Ross-Pitt, al menos no habÃa tenido que enfrentarse sola a todas sus desdichas.
Ahora tenÃa que agradecerle al señor Ross-Pitt su nuevo trabajo en una mansión cerca de la casa de él. Henrietta sabÃa que sólo lo hacÃa porque era un buen hombre, pero no podÃa evitar soñar con que hubiera otras razones ocultas y más románticas, aunque sabÃa positivamente que él estaba fuera de su alcance. Si su gratitud se habÃa convertido en amor, no habÃa necesidad de que él lo supiera…
Comentarios
Publicar un comentario